19 sep Consejos para maridar con un buen vino
El maridaje de los vinos es uno de los temas que más debates ha creado, no sólo en el mundo de la enología, también en nuestras mesas. De sobra conocemos las clásicas variantes, que afirman que el pescado debe acompañarse con vino blanco y las carnes deben hacerlo con tinto, pero lo cierto es que en los últimos años las cosas han cambiado.
La llegada de nuevos vinos, trabajar con nuevas variedades de uva, el gran momento de experimentación gastronómica que vivimos… Todo esto ha desterrado la afirmación anterior. El maridaje se complica.
Hoy te traemos varios trucos para que la elección resulte sencilla. El primer consejo, y más importante, es que debemos recordar siempre que el maridaje es en gran medida subjetivo, pues no deja de ser una cuestión de gustos. Así que empezaremos por ahí. Empecemos por ti.
Vino Maridaje
Confía en tu gusto
La valoración del maridaje dependerá del gusto de cada uno. Al final, todo dependerá de nuestra experimentación personal, de cómo nos resulte a cada uno esa combinación de sabores y texturas.
Un pequeño secreto infalible: olvídate de la comida. Hazlo aunque sea solo por un momento. Elige un vino que te guste solo. Esto puede resultar extraño, pero párate a pensarlo. Si el vino en sí mismo es lo suficientemente bueno, y tiene la suficiente personalidad, como para conquistarte solo, imagínate todo lo que puede sumar a tus platos favoritos.
Peso y equilibrio, ¿qué son?
Antes de pensar en el concepto de equilibrio debemos entender primero qué es eso del peso de los alimentos y de los vinos. En los alimentos, el peso vendrá definido por las materias primas utilizadas para la elaboración del plato, la cantidad de grasas que lleva, la intensidad de los sabores y la mayor o menor dificultad con la que los digerimos.
Lo anterior puede parecer complicado, pero es realmente algo muy intuitivo. Por ejemplo, un cocido es un plato más pesado que una ensalada. Sencillo, ¿verdad? Si hablamos de vinos, podemos decir que los blancos jóvenes son los más ligeros, seguidos de blancos más estructurados y blancos con fermentación en barrica. En ese mismo grupo podríamos contemplar algunos rosados. Finalmente los vinos de mayor peso serían, por orden, los tintos jóvenes, los crianza, reserva y gran reserva.
Aquí llega el concepto de equilibrio. Debemos tratar de buscarlo entre el peso del plato y el del vino con el que acompañarlo.
¿Por contraste o por asociación?
Podemos maridar nuestros platos con vinos basándonos en dos principios: asociación o contraste. Si nos centramos en el primero de ellos, intentaremos que los platos y el vino se complementen. Para ello, debemos prestar atención a las sensaciones que nos producen los vinos y alimentos.
Si hablamos de contraste, haremos lo contrario, buscaremos sensaciones opuestas al maridar ambas cosas. Por ejemplo, servir quesos muy fuertes y salados, como un cabrales, con un vino dulce, para suavizar el potente sabor del queso.
El menú es algo global
Los elementos que compondrán el menú forman parte de un todo, y no podemos olvidarnos de esto. Aquí coinciden la mayoría de sumilleres, se trata de una experiencia global
Cada vino tendrá un papel diferente en nuestro menú, e igual que no comenzaríamos con un postre a modo de primer plato, debemos tener claro que nunca debemos comenzar con un vino con mayor cuerpo que el que pondremos después, es decir, que uno más ligero. Pues correríamos el riesgo de que el segundo vino resultase insípido a los paladares de nuestros comensales.
Igual que ordenamos el menú atendiendo a la intensidad de los platos, debemos establecer un orden para los vinos que lo acompañan. Por lo general, acompañaremos los entrantes y primeros platos con vinos blancos o rosados, seguidos de vinos tintos jóvenes, tintos más maduros y finalmente, remataremos el menú con vinos generosos y dulces.
El truco final: nuestras fichas de cata
Si todavía te queda alguna duda después de todo lo anterior, te presentamos el último consejo; nuestra web.
En ella, al hacer click sobre nuestros vinos podrás descubrir su ficha de cata. Al abrirla, no sólo encontrarás las cualidades destacadas de cada uno de ellos, además podrás descubrir con qué platos maridan mejor.
Ahora que ya te lo hemos contado todo, queremos que también nos cuentes tú. Seguro que has descubierto algún maridaje que de entrada no parecía demasiado apetecible y con el que has triunfado entre tus amigos, ¿cuál es? Ya sabes, el mejor consejo es que te tiene que gustar a ti.
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