15 abr El vino, además de rico, es sano
Cada día lo confirman más expertos del mundo de la salud: el vino, tomado siempre con moderación, es bueno para tu organismo. A ver, repetimos, con moderación. Una copa de Rectoral de Amandi al día, por ejemplo, hará que, entre otras cosas, os sintáis mejor. Atentos.
1.- Un corazón a prueba de bomba. Una o dos copas de vino hace que tu sangre circule mejor y que llegue con fuerza a tu corazón. Eso hará que funcione mejor, como el mecanismo de un reloj de los caros.
2.- Que te olvides de las cosas. Ahora resulta que algunos científicos han dicho que el vino, en su medida, puede llegar a prevenir enfermedades como el Alzheimer o la demencia senil. Si no os lo creéis, incluso os podemos dar la explicación cientofica: los polifenoles, uno de los compuestos del vino tinto, bloquean la formación de proteínas que forman las placas mortales que destruyen las células cerebrales. Nada más y nada menos.
3.- Fuera esa gripe! Tienes dos opciones: o un par de copas de vino al día o moquera. Hay un estudio de la Universidad de Carolina del Sur (no me digáis que no suena bien) que revela que los compuestos del vino ayudan a proteger contra la gripe. Es decir, los que bebéis vino con moderación notaréis que sois menos propensos al malestar general.
4.- La temida diabetes. Hemos leído por ahí que en un estudio científico realizado en mujeres mayores de 25 años, mujeres que consumen una o dos copas de vino al día, tienen alrededor de 60% menos de pobrabilidades de tener diabetes.
5.- ¿Reduce el colesterol? Dicen que sí. De todas maneras, si además de tomarte un par de copas de vino al día te comes todas las grasas saturadas del líneal del súper, el colesterol será uno de tus mejores amigos.
Pues bien, el vino tiene estas cosas. Siempre con moderación, recordad, beber un par de copas de vino al día te puede evitar algún susto importante.
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