Peregrinando con pan y vino

Peregrinando con pan y vino

Peregrinando con pan y vino

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José Manuel García

Dice el refranero popular que “con pan y vino se anda el camino”. Digo yo que si lo dicen los más viejos del lugar por algo será. La verdad es que desde el medievo, dos elementos que no faltaban en cualquier casa de comidas o posada donde se detenían aquéllos que peregrinaban a Compostela, eran el pan y el vino. Si a eso conseguías arrimarle un buen guiso y alguna vianda más, en algún caso sería un lujo.

Lo que me parece interesante es que si recorremos el mapa de los distintos caminos de Santiago en Galicia, en la gran mayoría, nos encontramos los mejores lugares donde se hace pan en nuestra tierra.

En el Camino Portugués, pasamos por O Porriño, donde la historia documentada de su pan nos remonta a muchos años atrás, con el pan que denominaban de “munición”. Hoy su fiesta está más que arraigada -el 4 de junio- y los peregrinos no deberían de perder la oportunidad de probarlo y por que no, acompañarlo por ejemplo de nuestro albariño Rectoral do Umia.

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Pan do Porriño

En el Camino de la Plata, hay que hacer parada obligada, sin duda, en Cea. En esta población se conservan varios hornos tradicionales, tanto particulares como incluso los comunales. Este pan es el que de momento goza de una indicación geográfica protegida. Este pan recomiendo compañarlo de nuestro Ribeiro Gran alanís, por esto de maridar…

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Pan de Cea

Friol es otro lugar donde se elabora el conocido Pan de Ousá, que además puedes compañar con el rico queso de Friol. Además, es esta población un punto de unión para el Camino primitivo y el Camino del norte, con lo cual se convierte en una alternativa fantástica al masificado cámino Francés. ¿El vino? Pues yo creo que un tinto, nuestro Rectoral de Amandi sería perfecto, pensando también en el frío que traerán desde la montaña.

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Pan de Ousá

En el cámino Francés podemos encontrarnos varias posibilidades. Yo me voy a quedar con el pan do xeixo de O Cebreiro y el de Palas de Rei, ambos riquísimos y que, curiosamente, se pueden acompañar con quesos muy especiales en uno y otro lado. Aquí también os recomendaría el tinto Rectoral de Amandi.

Nos queda por una parte el Camino Inglés, y aquí hay dos poblaciones que sin duda hay que destacar: Neda y Carral. Ambos acumulan muchos años de historia y de trabajo artesano que se ha mantenido muy vivo todos estos años. E incluso al pasar por Betanzos, podréis encontrar en la Panaderia Rabizas, uno de los hornos de leña más antigüos de España, con más de 400 años funcionando sin parar.

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Pan de Neda

Y no quiero olvidarme de ese tramo que nos lleva desde Compostela hasta Fisterra. Ahí el amigo Germán ha mantenido vivo el estilo tradicional de hacer pan desde hace mucho tiempo. Tanto en el inglés como en este, os recomiendo un albariño como el Miudiño.

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Pan de Fisterra

Y en todos los casos, el punto de confluencia es Compostela, una ciudad donde el pan artesano se mantiene vivo gracias a gente como la Panadería Moscoso-Moure, en una ciudad en que el pan y el vino fueron, són y serán siempre protagonistas.

Así que en Galicia podemos comer grandes platos, pero que no nos falte nunca el buen pan y el buen vino gallegos!

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